Se habla de que existen nueve grupos en diferentes zonas de la ciudad, especialmente en la Ciudadela del Norte. Se busca crear una estación de policía en esa Comuna. Problema.
DIEGO FERNANDO HIDALGO
"Para nosotros es un delincuente de 17 años. Para el Estado es un niño". Así se refiere un líder de la comuna Ciudadela del Norte, de Manizales, a alias 'Gallina', un joven del sector que atemoriza con sus actos a la comunidad según los mismos habitantes.
Por lo averiguado por LA PATRIA, el menor hace parte de una de las bandas o pandillas que existen en esta comuna, la más poblada de la capital de Caldas. Al parecer, esta semana fue capturado por las autoridades y se adelanta el proceso de judicialización. La situación con estos grupos preocupa tanto a las autoridades como a la población, que ven con tristeza cómo estos jóvenes desaprovechan su juventud.
El 19 de abril de 2009, este medio presentó un informe sobre pandillas en Manizales, donde se enumeró la presencia de seis grupos en diferentes comunas de la ciudad. Hoy la situación parece no haber cambiado, pese a que las autoridades prefieren hablar de grupos juveniles y no de pandillas, pues consideran que el término tiene otras connotaciones (ver recuadro No son pandillas, son grupos de jóvenes: Policía).
En El Nevado, una estudiante universitaria indicó que el temor lo genera una familia como Los Lucuara. “Se mantienen ahí parados, son un montón de peladitos a los que no les importa si el que pasa es hombre o mujer; igual lo atracan. Son jóvenes en conflicto".
Son nueve
Ahora se habla de la presencia de nueve grupos, en varias comunas, especialmente la Ciudadela del Norte (ver infográfico).
Desde hace un par de años, el padre Luis Gonzaga Duque García, párroco de la iglesia La Santa Cruz, de Villa Hermosa, ha liderado iniciativas de resocialización con pandilleros o jóvenes delincuentes de la Comuna. Incluso, en una de sus actividades resultó herido en una pierna tras el enfrentamiento de dos bandos.
"Se han tratado de hacer cosas. Los grandes han atendido, pero el grave problema es que son los niños los que se pelean. Son muchachos de 12, 13 y 14 años que se amparan en la ley. Antes se daban tres o cuatro peleas, pero esto se ha calmado. Ahora es si acaso una al mes, pero entre niños", explicó el sacerdote.
Habla de relevos, pues los adultos han dejado esa vida y ahora son los menores los que asumen esos puestos, pues saben que la ley es permisiva con ellos. Miembros de la comunidad expusieron que alias 'Gallina' se pavonea diciendo que delinque tranquilo porque no le pueden hacer nada. Al parecer, el menor consume y vende vicio, porta armas de fuego y ha herido a varias personas.
"El problema de pandillas es social, pero también es del Estado que les da alas y no es capaz de controlarlos. Por eso creo que se requiere más mano dura", señaló el padre.
Antecedentes
La situación de la presencia de grupos de menores la refuerza la información que publicó LA PATRIA el pasado 11 de febrero, cuando cinco jóvenes armados con cuchillos ingresaron al Colegio Fe y Alegría El Caribe en medio del descanso de la mañana.
La comunidad dijo ese día que en la cancha los jóvenes en conflicto consumen droga, e igual práctica tienen frente a la Institución, regularmente al mediodía.
Una madre manifestó su temor porque los jóvenes son muy violentos, por todo pelean y se mantienen armados. "Los enfrentamientos son continuos, adentro y afuera, hasta niñas se ven agarradas", indicó.
El profesor de un colegio de la Ciudadela del Norte también lo corrobora. Dice que a menudo se dan enfrentamientos entre menores de edad de instituciones educativas, ya sea por control territorial o por muchachitas. En la Casa de la Justicia de Bosques del Norte manifestaron que ahora las riñas y peleas se dan entre menores de edad de los colegios.
"Las peleas no faltan. Se lucha por hacer respetar los terrenos y el mercado de las drogas”, manifestó Héctor, pandillero del barrio Villahermosa.
Julián Andrés Vasco Loaiza, Secretario de Gobierno de Manizales, dijo que la dinámica ha cambiado por algunas intervenciones que han hecho desde hace un año con el apoyo del Sena, la Policía Comunitaria y los líderes. Algunos jóvenes han sido capacitados en ebanistería, mecánica de motos y otros oficios. A otros, de la Ciudadela del Norte, se les dio empleo.
"Entre Comuneros y Solferino tenemos problemas, no de pandillas, sino de de disputas de territorios, pues tras los allanamientos quedan ollas de vicio y llegan colonizadores a apoderarse del negocio. Hay muertes asociadas al microtráfico, como se ha informado en los consejos de seguridad semanales", comentó.
Nueva estación policial
Como posibles soluciones, Vasco Loaiza indicó que el Comandante de Policía Caldas, coronel Herman Alejandro Bustamante, decidió asignar un capitán como comandante de la comuna Ciudadela del Norte y que se le pedirá a la Fiscalía un fiscal destacado para la Casa de Justicia.
"Además, hay presencia hasta de 50 unidades de la Sijín y en la mayoría de homicidios hay capturas. Con el Fondo de Seguridad y Convivencia Ciudadana (Fonsecon), del Mininterior, aplicamos para la creación de una estación de policía en esa Comuna, pues la población allí ha crecido demasiado", manifestó el Secretario.
Uno de los casos que se reportan como nuevos en la ciudad es el del barrio La Enea, donde hay problemas con una barra de jóvenes. La Policía se reunió con la comunidad y algunos muchachos que están interesados en ingresar a diversos programas. "Pronto tendremos resultados de la Policía Judicial", aseguró el Secretario de Gobierno.
Vasco Loaiza atribuye la situación de los jóvenes en la ciudad a que nacen sin esperanzas, son huérfanos y crecen con odio social por lo que se refugian en las drogas.
"No creo que con meterlos a la cárcel se solucione el problema. Ellos salen y vuelven a delinquir. Hay que buscar mejores salidas. Por ejemplo, nuestro programa de Cambio de armas por alimentos ha contribuido, pues muchas madres les dicen a sus hijos: 'entregue esa pistola o ese changón, evite que lo maten o que caiga en la cárcel y mejor déme de comer'. Es un desarme voluntario con el que le llegamos a la gente".
El problema sigue creciendo, pero los más pequeños se aferran a esa sed de poder y respeto. Mientras que las autoridades continúan con su labor, las comunidades no saben hasta dónde aguantarán. Lo claro es que se necesitan, urgente, opciones de vida para estos muchachos.
Se perdió la connotación lúdica
Mauro Cerbino, quien posee un diploma de estudios avanzados en antropología urbana, de la Universitat Rovira i Virgili, y que escribió un libro denominado Pandillas juveniles: cultura y conflicto en la calle, le entregó a LA PATRIA algunos conceptos sobre este fenómeno.
"En un mundo signado por la exclusión, violencia y marginalización crecientes, la palabra pandilla parece haber perdido definitivamente la vieja connotación lúdica con que hacia referencia a las bandas que formaban en especial niños y adolescentes con fines de juego. Desde las autoridades y los medios se afirma que las causas que determinan los problemas de comportamiento se concentran en una supuesta pérdida de valores debida, fundamentalmente, a la desarticulación familiar. Según este enfoque, es necesario que la familia asuma la responsabilidad de sus hijos para evitar que caigan en la patología social de la desviación y la violencia".
Añadió el experto que las manifestaciones de violencia se ven en distintos contextos, desde las estructuras institucionales, hasta las formas contemporáneas de afirmación identitarias. Se ve a los otros como sujetos de veneración, de identificación y fascinación absoluta o como enemigos que hay que aniquilar.
"La violencia juvenil ha sido hasta hoy un fenómeno sin respuestas acertadas por la miopía que ha caracterizado su comprensión. Las autoridades y la opinión pública plasman las soluciones en prevención, represión y rehabilitación".
*Prevención: se basa en un discurso moralista sin mucha repercusión en los mundos de sentido de los jóvenes.
*Represión: no genera mas que exclusión, discriminación y estigmatización.
*Rehabilitación: va ligada a reclusión y privación de la libertad, y corre el riesgo de convertirse en un espacio de aislamiento social que en vez de reinsertar se transforma en una plataforma de perfeccionamiento de las destrezas delictivas.
Aseguró que muchas veces las prácticas sociales relacionadas con grupos juveniles son catalogadas como molestias sociales, pero que no todas están al filo de la delincuencia y que los jóvenes buscan ganar sus propios espacios.
Experiencia de Armenia
Alix Johana Valencia, Coordinadora de la Casa de la Juventud de Armenia, indicó que no se habla tanto de pandillas, sino de tribus urbanas. "Trabajo con grupos juveniles en todos los barrios de la ciudad y no he notado presencia. Los que son jóvenes delincuentes se llevan a Montenegro, al centro de rehabilitación. Lo que sí es normal son grupos de tres o cuatro menores, pero muy pocos son delincuentes".
No son pandillas, son grupos de jóvenes: Policía
El Comandante de Policía Caldas, coronel Herman Alejandro Bustamante, es enfático en decir que en Manizales y en Caldas no hay pandillas ni combos, sino grupos de jóvenes que atracan para sostener el vicio. Asegura que operan en Comuneros, El Carmen, Villahermosa y La Enea, y que sus maneras de subsistencia son el tráfico de estupefacientes, las extorsiones a tenderos y a conductores de busetas, los asaltos a camiones repartidores, casas, escuelas y a los habitantes.
"Están asociados a una cultura del dinero fácil. Son muchachos que no les importa vivir poco a cambio de tener unos tenis".
Manifestó que los integrantes de pandillas presentan características definidas, mientras que los grupos delincuenciales no tienen líderes y manda el que quiere o el que va llegando. En cuanto a los controles, Bustamante explicó que el trabajo es con jóvenes y adultos que quieren apoderarse de los menores y armar grupos. Recordó que uno de los casos más notorios en la ciudad fue el de alias 'Alex', que llegó a vivir a San Sebastián y montó un negocio de microtráfico de drogas.
“Quería que los jóvenes comenzaran a trabajar con él y los organizó. Pretendía tener el dominio territorial, pero le hicimos un allanamiento en coordinación con la Fiscalía, y en el registro de la vivienda encontramos además de la droga, tres armas que alquilaba”.
Para recordar
*En 2008, la Policía Nacional y la Secretaría de Gobierno Municipal realizaron una jornada de inscripción de jóvenes pandilleros a los que les ofrecerían algunas alternativas. La actividad se desarrolló en el CAI de Bosques del Norte y acudieron 500 personas de Solferino, San Cayetano, San Sebastián y Bosques del Norte.
*Algunos sacaron su libreta militar, otros se fueron a pagar servicio, otros a estudiar al Sena.
*Hoy se cuenta en la Casa de la Justicia de Bosques del Norte con maquilas para que los jóvenes trabajen; y máquinas planas para que las mamás de los muchachos aprendan corte y confección.
*Durante la pasada Feria, un grupo de 50 jóvenes que pertenecían a las bandas delincuenciales de Comuneros fue contratado por una empresa de cerveza para atender al público durante esa semana.
*Según la Secretaría de Gobierno, el balance del programa de cambio de armas por alimentos es el siguiente:
Año Granadas Armas Municiones
2008 22 150 2 mil
2009 50 350 5 mil
2010 28 63 332
En este lugar, del barrio Jesús de la Buena Esperanza, se suelen reunir grupos de muchachos.
En una de las fiestas que se realizan en Jesús de la Buena Esperanza, este joven resultó herido. Dijo que integrantes de otro combo llegaron a "hacer fiesta con ellos". Agregó que es normal que se presenten estos hechos.