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Con la muerte de Mamá Bertha los tangueros se quedaron huérfanos - La Patria - Septiembre 8 2012


Foto | Archivo | LA PATRIA En el espacio que ocupó como vivienda los últimos años guardaba su gran colección de discos.
Sábado, Septiembre 8, 2012
MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Un día, a sus 6 años, María Bertilda Valencia Corredor hizo un pequeño hueco en la pared para ver cómo era que bailaba su padre, se grabó los pasos, pues a solas los repetía. Dos años después, en una reunión familiar, sonó un tango y salió a bailar.

Lo hizo con tal perfección que los que la vieron quedaron asombrados de las capacidades de la niña, con solo 8 años. Era 1924 y para esa época era un ritmo prohibido para las mujeres de buena familia, pero 'la melodía' se le empezaba a meter en la sangre y en el alma a Mamá Bertha, como la apodaron mucho más tarde.
Su voluntad fue que el día de su muerte cubrieran el féretro con las banderas de Colombia y de Argentina, le pusieran el cuadro de uno de sus hijos adoptivos: el cantante de tango Armando Moreno, y que se escuchara Tango, de Rosita Quiroga. Sus amigos y familiares así lo hicieron desde ayer. Mamá Bertha falleció el pasado jueves a las 11:00 de la noche, después de padecer problemas de corazón y de riñón.
Esta mujer que metió el hombro, si es válido para que se entienda todo su cuerpo, para que en Manizales perdurara el amor y la pasión por el tango murió en una extrema pobreza y esperando a que los gobiernos municipales de turno le dieran la soñada casa propia en donde pasaría sus últimos días con su segundo esposo, Luis Eduardo Salazar, que murió hace un mes de una enfermedad renal.
Los últimos 13 años los vivió, como ella lo dijo en una autobiografía que le grabaron algunos amigos (escuchar audio en www.lapatria.com), "en una ramada" a la entrada de la Cárcel de Varones La Blanca. De este centro penitenciario les pasaban los alimentos, los mismos que consumían los internos.

Templo del tango

Óscar Saúl Álvarez, terapeuta, recuerda que Mamá Bertha nació el 11 de julio de 1916, en la vereda Buena Vista más arriba del Cerro de Oro. "Fue una mujer que contaba historias muy bonitas, tenía gran capacidad narrativa, mental y de expresión. Fue un ser de mucha fuerza".
Él y otras personas le hicieron un homenaje en 2010, cuando ella interpretó Tango, canción que en algunas de sus estrofas dice: "Cuando el alma ya cansada de mi cuerpo se separe y me lleven a enterrar, quiero tango que tus notas melancólicas y tristes me acompañen al marchar. Fuiste amigo y camarada de mi vida escandalosa, de mi afán de garotiar...". "Suena tango y no me dejes, tango amigo y quejumbroso que no volveré a escuchar".
Harold Mora Sánchez, secretario de la Corporación Manizales Tango Club, dice que hace 37 años Mamá Bertha y su esposo crearon el Club de Amigos de la Música Argentina que funcionaba en su casa de la calle 28 con carrera 28, barrio Campoamor, donde también estuvo Mi Natai, negocio que tuvo como sede varios sitios en la ciudad y se consideró un templo del tango durante 50 años, después de los que los esposos decidieron cerrarlo porque las enfermedades que padecían ya no les permitían "trasnochar ni lidiar con borrachitos".
El Club se creó con el fin de difundir los ritmos argentinos y con el tiempo se transformó en la Corporación Manizales Tango Club, que es una de las herencias que deja Mamá Bertha junto con la Calle del Tango (calle 24 entre carreras 22 y 23) y la Tango Vía.
José Fernando Villada Alzate, bailarín y administrador de Tiempo de Tango, sostiene que fue una mujer humanitaria en toda la expresión, con sus labores por la música argentina generó trabajo a varias personas y siempre ayudó a los que lo necesitaban.
"Ella hizo posible que vinieran a Manizales las grandes figuras del tango y las orquestas más reconocidas de este género. Fue muy ortodoxa en el tango, le gustaba solo el tradicional".
Fue una adoradora de Armando Moreno, tanto así que vivió en su casa durante por lo menos 12 años y pidió que los restos del cantante reposaran en Manizales. Están en la Cripta de la Catedral Basílica.
José Fernando narra que fue Mamá Bertha la que en los 80 promovió la actividad tanguera en la ciudad. Surgieron negocios como La Tolda, La Traviata, Puertas de Hierro y otras cantinas que funcionaron en el Centro, Chipre, Campoamor, La Avanzada, Hoyo Frío.
Mamá Bertha le aportaba a este mundo su inmensa colección de discos, calculada en unos 10 mil a 12 mil grabaciones, que quedaron en manos de la Corporación, dijo Mora Sánchez. "Es una de las colecciones más grandes de tango, aunque muchos discos son irrecuperables, pues el diesel, combustible de los carros pesados que pasan por la vía Panamericana, por donde vivió, generaron hongos en estos acetatos".

Por qué fue mamá

La riqueza que llegó a tener Mamá Bertha, quien se caracterizó por ser una persona muy organizada y que invertía muy bien cada peso, la perdió porque hace unos 23 años le sirvió de fiadora a una señora de la ciudad, quien no pagó la deuda y a Mamá Bertha le hipotecaron todas las propiedades que llegó a tener y luego fueron rematadas porque no logró cancelar la deuda.
Nunca se quejó de ello y lo que tuvo lo destinó al tango y a los artistas. Su casa fue sitio de hospedaje y de alimentación para cantantes, músicos y bailarines nacionales y extranjeros, fue tanta la cercanía que por estas conexiones se le ocurrió a finales de 1994 hacer en la capital de Caldas la Tango Vía. Presentó la propuesta a la Alcaldía y fue aceptada. La dirigió durante algunos años, pero luego las Administraciones entregaron esta labor a otras mujeres.
De muy joven, y ni siquiera su familia recuerda la fecha, tuvo un accidente en un taxi camino a Medellín. Se lesionó la rodilla derecha y no pudo volver a bailar, era insoportable el dolor, pero seguía escuchando y tertuliando con el tango.
Mora Sánchez señala que fue tal la afición por el tango que el expresidente de Argentina Carlos Ménem supo de su amor por este país y por su música y le pagó a ella y a su esposo la estadía en el hotel Tequendama, de Bogotá, y los tiquetes de ida y regreso al país gaucho. Por situaciones diplomáticas nunca se vieron. De allí trajo la idea de la Tango Vía.
En la alcaldía de Néstor Eugenio Ramírez Mamá Bertha presentó la idea de crear la Calle del Tango, que fue acogida por el Concejo Municipal. De su propio bolsillo puso plata para instalar una placa en esa vía, en homenaje a su querido amigo Armando Moreno.
Con él se conoció en Manizales por accidente. Ella iba por la calle y un vehículo casi la atropella, Moreno pasaba por el lugar y le ayudó a incorporarse y le dijo: "cuidado nos deja a los argentinos sin mamá. De ahí surgió el apodo de Mamá Bertha. Eso fue entre 1975 y 1980", indica Mora Sánchez.

Sus últimos días

Amigos y familiares coinciden en que a ella nunca le gustó que la llamaran por su nombre de pila: Bertilda, consideraba que era feo. La mentira y la deshonestidad era de lo que más la enfadaba. Siempre corroboraba las cosas y sutilmente "hacía quedar como un zapato" a quienes mentían.
Jhon Nélson Marín, pianista, y Carlos Misas, cantante y compositor, coinciden en que fue un ícono para el tango local y nacional. Mujer de buenas maneras, persona pujante, amiga de personalidades en la ciudad y en el exterior, bondadosa, dulce, pero también enérgica cuando era necesario.
"No le gustaba el tango acrobático, decía que debía bailarse de piso, como es el tango clásico", señala Misas.
Mamá Bertha trabajó casi hasta el último día de su vida. En la vivienda que ocupaba contigua a la Cárcel les cuidaba las pertenencias a quienes ingresaban allí, cobraba $500 o $1.000, y recibía un subsidio bimensual de un programa del Gobierno Nacional para ancianos. A los presos que nadie visitaba les compraba elementos de aseo y les predicaba la palabra de Dios, en diciembre les daba ropa y juguetes a los hijos de los internos.
Sin embargo, los conocidos y las autoridades se olvidaron de ella. Hubo alcaldes que le prometieron casa propia, pero no le cumplieron, decían que no había plata para ello.
Gloria Gallego, amiga de hace unos 15 años, dice que los últimos días los pasó muy enferma y deprimida. La muerte de su amado esposo, Luis Eduardo, le hizo incrementar más sus enfermedades. Un artista argentino la vio tan mal que la internó en el hogar de ancianos San Judas Tadeo, donde estuvo dos días, la familia la llevó a casa de una sobrina, en donde murió.
Mamá Bertha adoptó a una niña de 2 años, la crió, pero murió de 56 años, antes que ella. Su nieta María Patricia Arias fue poco lo que compartió con ella.
Miriam Jiménez Valencia, de 77 años y sobrina de Mamá Bertha, contó que fue la menor de ocho hijos. "Era dueña de su parecer. Nadie intervenía con ella, se le respetaba lo que ella quería. Fue feliz con lo que hizo, le encantaban las parrandas, hizo lo que quiso en la vida. Nadie en la familia le siguió los pasos".
El pasado 7 de julio le pusieron un marcapasos por los problemas de corazón que padecía; además perdía mucho la memoria. No obstante, el pasado domingo estuvo muy lúcida, tanto que habló y cantó tangos, quizá fueron las mismas fuerzas que sintió a sus 8 años cuando sorprendió a su familia bailando tango. Esta energía quedará grabada en la ciudad para que el tango nunca muera como ella siempre lo quiso, aunque sea con hijos huérfanos.


Exequias

El cuerpo de Mamá Bertha es velado desde ayer en Jardines de La Esperanza. Hoy, a las 11:00 de la mañana serán sus exequias en la parroquia de San Antonio. Cremación en Jardines. Ella pidió que sus cenizas fueran dejadas junto al osario de Armando Moreno, en la Cripta de la Catedral. Su amiga Gloria Gallego dirá unas palabras de despedida al finalizar la eucaristía.


Le hicieron canción

El cantante argentino Armando Moreno, que era su hijo adoptivo, le compuso la canción Para voz Mamá.


Otros datos

* Su papá fue tolimense y su mamá boyacense.

* Vivió su niñez en veredas de Manizales y su juventud en el Centro.
* Estudió hasta tercero de bachillerato.
* Decía que no se casó sino que la casaron con un señor José Jesús Orozco, que trabajaba en la Policía. A los cinco años y medio de matrimonio lo mató un bandido cuando lo trataba de capturar.
* Nunca quiso que su familia se preocupara de sostenerla.